Veterinaria docleo

domingo, 17 de mayo de 2020

ATAXIA EN MASCOTAS DE CASA, LAS CAUSAS?

ATAXIA

La ataxia se define como una falta de coordinación en la marcha, pudiendo ser causada por lesiones en:
En general, la ataxia propioceptiva o medular se observa en mielopatías compresivas leves, ya que las fibras propioceptivas son más sensibles a la presión que las fibras motoras, apareciendo entonces incoordinación de movimientos con leve o nula debilidad muscular. Según la zona medular afectada, la incoordinación se manifiesta solo en el tercio posterior o en todas las extremidades.


Algunas enfermedades degenerativas, como las fases iniciales de la mielopatía degenerativa del Pastor Alemán, también pueden cursar con signos de ataxia propioceptiva.
Los signos de ataxia medular se resumen a continuación:
  • El animal dobla las manos, apoyando la cara dorsal
  • Oscilación del tercio posterior de un lado al otro al caminar
  • Proyección exagerada de los miembros (hipermetría)
De igual forma a lo que ocurre en el resto del sistema nervioso, el síndrome cerebeloso puede ser ocasionado por lesiones de distinta naturaleza (inflamatoria, degenerativa, vascular, tumoral, congénita, etc.) si bien predominan en los perros las de naturaleza degenerativa (abiotrofias cerebelosas), neoplásica e inflamatoria (moquillo), y en los gatos las congénitas (hipoplasias cerebelosas por infección vírica) y las inflamatorias (peritonitis infecciosa felina).
Las abiotrofias cerebelosas son un grupo de enfermedades hereditarias de naturaleza degenerativa que se han descrito en distintas razas de perro y gato, así como en équidos y otras especies animales. El cerebelo se forma adecuadamente pero degenera con posterioridad. El animal por lo tanto es normal cuando nace, empezando a mostrar signos cerebelosos a las semanas o meses de vida, generalmente no antes de los 2 meses de edad, siendo el curso del proceso lentamente progresivo; la edad de inicio varía mucho con las razas en que se ha descrito, desde las 12 semanas hasta los 13 años. La enfermedad degenerativa se sospecha por la historia del proceso y el cuadro clínico, diagnosticándose al excluir otras posibles etiologías, no existiendo tratamiento.
La hipoplasia cerebelosa se describe en gatos infectados por el virus de la panleucopenia felina en la fase fetal del final de la gestación o en las dos primeras semanas de vida, y así mismo en bovinos infectados por el virus de la diarrea bovina durante la fase de desarrollo fetal entre el tercer y séptimo mes de la gestación. Los signos clínicos son evidentes desde el mismo momento en que el animal es capaz de caminar, no siendo progresivos. Se diagnostica por la historia y el cuadro clínico, no existiendo tratamiento.
Los signos clínicos de una lesión cerebelosa incluyen la incapacidad para que el movimiento tenga la amplitud y fuerza deseada (dismetría), manifestando generalmente una amplitud excesiva al inicio del movimiento (hipermetría). La hipermetría se observa en los movimientos de las extremidades dando una imagen similar al caminar de los gansos, y también es la responsable de que con frecuencia el animal introduzca la cabeza en el bebedero al intentar beber.
En la exploración de las reacciones posturales se observa que las respuestas están retardadas, aunque al final reacciona de forma exagerada, por ejemplo saltando. En el caso de una lesión unilateral se modifican las reacciones posturales del mismo lado.
El animal al caminar balancea el tronco hacia los lados (ataxia troncal), ampliando el polígono de sustentación cuando está en la estación. El resultado final de todos los signos es un caminar torpe y vacilante, avanzando a trompicones.
Son también característicos los temblores, siendo más manifiestos los de intención, aquéllos que se manifiestan cuando el animal intenta hacer un movimiento preciso, observándose principalmente a nivel de la cabeza, por ejemplo cuando intenta comer.
En lesiones cerebelosas puede faltar la respuesta al reflejo de amenaza, que es ipsolateral en procesos unilaterales, no existiendo déficit visual. Igualmente se puede observar una leve dilatación pupilar contralateral, sin afectación de los reflejos pupilares.
En lesiones rostrales, generalmente traumáticas, del cerebelo puede aparecer rigidez por descerebelación, caracterizada por la presencia de opistótonos, hipertonía de los músculos extensores de los miembros torácicos y flexión de los pelvianos.
El síndrome vestibular aparece en lesiones del sistema vestibular periférico (receptores vestibulares del oído interno y nervio vestibular) y central (núcleos vestibulares en el tallo cerebral), siendo más frecuente la enfermedad que afecta al sistema vestibular periférico. De forma similar a lo comentado en el síndrome cerebeloso, las causas de enfermedad vestibular pueden ser de distinta naturaleza, siendo las más frecuentes:
  • Lesiones en el sistema vestibular periférico
    • Síndrome vestibular idiopático felino
    • Síndrome vestibular idiopático geriátrico canino
    • Otitis media e interna
    • Ototoxicidad (aminoglucósidos)
    • Traumatismos
    • Pólipos nasofaríngeos en gatos
  • Lesiones en el sistema vestibular central
    • Infecciones (moquillo, peritonitis infecciosa felina, toxoplasmosis)                                                                                                                                                                                                        Los signos de lesión vestibular, tanto central como periférica, incluyen inclinación ipsolateral de la cabeza, ataxia con caída del animal, caminar en círculos estrechos, y presencia de estrabismo y de nistagmos espontáneos. Si la lesión es bilateral no se observa inclinación de la cabeza, y el animal camina de forma agazapada o evitando moverse.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            El estrabismo es ventrolateral observándose en el globo ocular del mismo lado lesionado, preferentemente cuando se extiende dorsalmente la cabeza del paciente.
      En lesiones del sistema vestibular central, el nistagmo espontáneo varía según la posición de la cabeza (nistagmo posicional), pudiendo ser horizontal, vertical o rotatorio, mientras que en lesiones periféricas el nistagmo puede no manifestarse en ciertas posiciones, pero cuando aparece siempre es igual. El nistagmo espontáneo es aquel que aparece en reposo, siendo más fácil de inducir en decúbito supino. En el nistagmo horizontal,los ojos tienden a moverse en la misma dirección de la lesión (fase lenta ipsolateral), volviendo rápidamente a su ubicación inicial (fase rápida contralateral).
      También se observa que desaparece la fase rápida del nistagmo fisiológico, el inducido por el explorador al mover rápidamente la cabeza (reflejo oculocefalogiro), cuando ésta se mueve en la dirección de la lesión, desapareciendo el reflejo oculocefalogiro en lesiones bilaterales.
      Otros signos que se observan son la disminución del tono de los músculos extensores de las extremidades ipsolaterales y su aumento en las contralaterales, y que el animal prefiere acostarse del lado de la lesión. Además, en la fase aguda de la enfermedad vestibular, el animal puede manifestar vómitos.
      En lesiones periféricas que interesan al oído medio puede aparecer afectación ipsolateral de la inervación simpática del ojo (síndrome de Horner) y del nervio facial, ya que ambos atraviesan aquella estructura. El síndrome de Horner completo incluye la presencia de miosis, blefaroptosis, enoftalmia y prolapso del tercer párpado.
      La existencia de algunos signos, generalmente relacionados a daño pontomedular, se asocia con lesiones a nivel central, si bien su ausencia no las excluyen. Estos signos son la alteración del estado mental, la hemiparesia ipsolateral y cambios en las reacciones posturales, la afectación de algunos nervios craneales como el trigémino y el abductor y la presencia de signos cerebelosos y de nistagmos verticales.       
                                                                                                                                                                                                                                                                                                               Las afectaciones del lóbulo floculonodular del cerebelo provocan un síndrome vestibular paradójico, caracterizado por inclinación de cabeza y estrabismo contralaterales. No obstante, se puede detectar este hecho ya que el déficit propioceptivo y la alteración de las reacciones posturales son ipsolaterales.

      Enfermedad vestibular idiopática

      La enfermedad vestibular idiopática es un proceso frecuente que afecta a gatos de todas las edades, principalmente jóvenes y adultos, y a perros viejos, citándose como causa de casi el 40% de los síndromes vestibulares periféricos de los perros.
      Etiopatogenia. No se conoce la etiología de esta enfermedad, no existiendo lesiones anatomopatológicas en el paciente. En un estudio se observó que, en los Estados Unidos de Norteamérica, el proceso en gatos ocurre en un 80% de los casos en los meses de julio y agosto, siendo también más frecuente durante el verano en perros.
      Cuadro clínico. El paciente muestra signos agudos de enfermedad vestibular periférica, alcanzándose generalmente el máximo de la sintomatología en menos de 24 horas. En estos primeros momentos el animal está claramente incapacitado, existiendo vómitos hasta en uno de cada cuatro pacientes.
      A los pocos días desaparecen los nistagmos, y mejoran el resto de los signos de manera progresiva, generalmente en menos de tres semanas. En alrededor del 25% de los animales puede persistir una leve inclinación de la cabeza durante algunos meses.
      En el caso de los perros son frecuentes las recurrencias.
      Un estudio muestra que en perros un 38% quedan con taras permanentes, en un 20% hay recurrencias y un 17% son eutanasiados.
      Diagnóstico. Se diagnostica por exclusión de otras enfermedades. En primer lugar, si los signos de lesión periférica se acompañan de parálisis del nervio facial o de un síndrome de Horner, se descarta que la causa sea idiopática.
      Posteriormente, ante un síndrome vestibular periférico agudo, se debe excluir la existencia de otitis media o interna, tal y como se indica más adelante.
      Tratamiento. No se conoce ningún tratamiento que atenúe la sintomatología o reduzca la evolución del proceso.

      Otitis media e interna

      Se considera que la infección del oído interno es la causante de aproximadamente la mitad de los casos de síndrome vestibular periférico en perros.
      Etiopatogenia. La infección del oído interno puede tener tres orígenes:
      • La más frecuente es por la extensión de una otitis media que, a su vez, se origina a partir de una otitis externa; se debe tener presente que entre un 50-80% de las otitis externas crónicas se complican con otitis media.
      • Por extensión de infecciones faríngeas, vía conducto auditivo, principalmente en gatos con infecciones respiratorias de vías altas.
      • Muy raramente, vía hematógena.
      Se supone que los gérmenes involucrados son los mismos que se aíslan de las otitis externas (estafilococos, estreptococos, Pseudomonas aeruginosaProteus spp, E. coli), pudiendo en ocasiones ser ocasionadas por levaduras e incluso, en gatos, por ácaros (Otodectes cynotis).
      Cuadro clínico. Una otitis media muestra signos similares a los de una otitis externa; a veces, aparecen otros síntomas más característicos de afectación del oído medio, como el dolor o la tumefacción cuando se palpa la articulación temporomandibular y la base del oído, o la presencia de un síndrome de Horner o la parálisis del nervio facial, observándose esta última aproximadamente en la mitad de los casos.
      Si además de los signos anteriores, manifiesta signos vestibulares propiamente dichos (ataxia, nistagmos, estrabismo) sugiere la existencia de otitis interna. La sola inclinación de la cabeza no indica necesariamente la existencia de una inflamación del oído interno, ya que puede ser simplemente una manifestación de molestia de la otitis externa.
      Diagnóstico. Ante la sospecha de una otitis media o interna, se debe hacer una valoración otoscópica, tal y como se comenta en el capítulo "otitis externa". La presencia de alteraciones en la membrana timpánica (rotura, opacidad, hiperemia, etc.) indica una afección del oído medio. No obstante, en un 70% de los casos la membrana timpánica no está rota.
      Si se confirma la otitis media y se observa la presencia de un exudado, debe recogerse una muestra para la realización de un aislamiento microbiano y un antibiograma, de forma directa si la membrana timpánica está rota o, en su defecto, tras miringotomía.
      La miringotomía se realiza perforando la membrana timpánica caudal al martillo con una sonda roma, tras su visualización mediante otoscopia.
      La realización de radiografías de los huesos temporales petrosos también puede revelar la existencia de una otitis media (presencia de densidades que se correspondan con líquidos o tejidos blandos, engrosamiento de la pared de la ampolla timpánica, osteítis). No obstante, en los procesos agudos la radiología puede no detectar la otitis.
      Pueden hacerse distintas proyecciones radiológicas, recomendándose una oblicua lateral con la boca abierta y otra ventrodorsal del cráneo. La realización de una RM o una TAC también permite valorar la inflamación del oído medio.
      Un estudio observó que uno de cada cuatro perros con síndrome vestibular periférico pero sin otitis externa mostraban lesiones del oído medio (contenido o engrosamiento de la pared de la ampolla timpánica) a la TAC.
      Tratamiento. La primera medida a instaurar en una otitis media es el lavado del canal auricular y del oído medio a fin de eliminar todo el material inflamatorio y extraño existente, tras miringotomía si la membrana timpánica no está rota, debiendo usarse una solución no ototóxica, como la solución salina fisiológica.
      Este tratamiento elimina la presión originada por el líquido y el material extraño presente y, consecuentemente, el dolor, cicatrizando la membrana timpánica a los pocas semanas.
      Posteriormente se instaura el tratamiento tópico oportuno, evitando el uso de sustancias ototóxicas.
      Este tratamiento se acompaña de una antibioterapia vía sistémica basada en los resultados del antibiograma, durante 3-6 semanas, complementada con la administración oral de prednisona a dosis antiinflamatoria durante algunos días.
      Si no se ha realizado un antibiograma se elige un antibiótico de amplio espectro, una cefalosporina de primera generación si predominan cocos y una fluoroquinolona si predominan bacilos, administrándola a la dosis superior recomendada.
      En el caso de una infección por levaduras se administra un tratamiento antifúngico vía oral.
      En otitis crónicas que no responden al tratamiento médico se indica la ablación total del conducto auditivo, con osteotomía y legrado de la ampolla timpánica.
      Si la otitis interna se acompaña de parálisis del nervio facial se instilan lágrimas artificiales para prevenir una queratoconjuntivitis seca.                                                                                                                                                                                                                                                  https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5775390857379428242#editor/target=post;postID=8234028567935608123

    •                                                                                                          

CONVULSIONES EN PERROS: CAUSAS, FASES Y RECOMENDACIONES.

CONVULSIONES EN PERROS: CAUSAS, FASES Y RECOMENDACIONES



A lo largo de la vida de nuestra mascota, es normal que determinadas enfermedades vayan apareciendo en su organismo. Dependiendo de la raza, la frecuencia de éstas será mayor o menor. No obstante, hay patologías que no las esperamos porque son poco comunes. Las convulsiones en perros pueden entrar perfectamente en este grupo.

Pero, ¿a qué se le considera convulsión canina? Este tipo de patología aparece cuando el cerebro de nuestra mascota se desequilibra, ocasionando un fallo en las señales de excitación e inhibición de sus neuronas. Esta situación provoca que el cerebro mande descargas eléctricas que tienen como consecuencia los ataques del perro.
¿Cuáles son los síntomas en los que se manifiesta esta patología? Las convulsiones en perros se evidencian cuando tiene temblores, sacudidas fuertes y un babeo intenso. Dependiendo de la raza, la edad, los ataques posteriores, el estado físico y los antecedentes de lesiones del perro, nuestra mascota tendrá más posibilidades de sufrir algún tipo de convulsión.

CAUSAS DE LAS CONVULSIONES

Las convulsiones no son síntomas que vayan relacionados con una única enfermedad o causa. Una de las complicaciones que acarrea este tipo de disfuncionalidad neuronal es la gran cantidad de patologías a la que puede ir relacionado. Los padecimientos que se pueden asociar a este síntoma son los siguientes:

– EPILEPSIA

Desde el primer momento en el que aparecen, las convulsiones, comúnmente, se relacionan con la epilepsia. Aunque suele ser una de las patologías más conocidas y extendidas, no hay que hacer diagnósticos precipitados sin una valoración veterinaria.
Los primeros ataques epilépticos se dan en los canes desde los seis meses hasta los cinco años de edad. Hablamos de una enfermedad hereditaria que provoca perdida de la conciencia, postración, pedaleo, salivación, defecación, micción y -las ya nombradas-convulsiones.

– ENCEFALITIS O MENINGITIS

La inflamación del encéfalo o de la meninge pueden ser dos causas que impliquen la convulsión de tu perro. Suelen estar provocadas por una infección vírica como el moquillo canino, la erlichiosis o toxoplasmosis.

– ENFERMEDADES METABÓLICAS

Dichas patologías son variadas y provocan pérdidas en el metabolismo del can bastante importantes: hepatitis, hiperlipoproteinemia, hipertermia, hipocalcemia, etc.

– ACCIDENTES CARDIOVASCULARES

Con este tipo de anomalías, la cantidad de sangre que llega al cerebro no es la idónea, teniendo como consecuencia fallos cardiovasculares en los perros. Algunos ejemplos de este tipo de accidentes son las embolias y las hemorragias cerebrales.

– MALFORMACIONES CONGÉNITAS

Una de las más comunes es la hidrocefalia, un trastorno que consiste en el aumento anormal de la cantidad de líquido cefalorraquídeo en las cavidades del cerebro. Dicho líquido se encarga de eliminar los residuos producidos por el continuo funcionamiento del sistema nervioso. Es una patología común en las siguientes razas: yorkshire terrier, chihuahua, pomerania, poodle toy, boston terrier y maltés.

– TUMOR CEREBRAL

En el peor de los casos para nuestro fiel compañero, un tumor puede estar detrás de dichas convulsiones en perros. La aparición del tumor puede dañar la masa cerebral y provocar este tipo de comportamientos anómalos.

– INTOXICACIÓN POR CONSUMO DE SUSTANCIAS

Los componentes químicos de este tipo de sustancias dañan al cerebro de nuestra mascota. Anticongelantes para coches, plaguicidas tóxicos, desparasitantes externos, plomo, cianuro o metaldehído, entre otros, encabezan las sustancias perjudiciales para nuestra mascota.

– TRAUMATISMOS EN LA CABEZA

Un golpe más fuerte de lo normal puede derivar en convulsiones que nuestro perro no había experimentado hasta la fecha. Ante cualquiera de estas causas lo más recomendable es, sin duda, acudir al veterinario y que nos otorgue un diagnóstico claro.
Agregar leyenda

recuerde siempre que en tiempo de la pandemia,debes llamar a apartar cita para consulta general y si es por urgencia medica,avisar ,para ver la disponibilidad del medico de turno.

¿CÓMO ACTUAR ANTE UN ATAQUE DE CONVULSIÓN?

Es lógico y normal que ante una situación de estas características, el nerviosismo se apodere de nosotros. Al tratarse de algo que no esperamos, es probable que no actuemos de una forma adecuada. Por ello, te mostramos todo aquello que debes hacer y todo aquello que debes evitar cuando tu perro sufra una convulsión.

– ¿QUÉ DEBO HACER SI MI PERRO TIENE UN ATAQUE DE CONVULSIÓN?

Mantener la calma es lo primero que debes hacer. En circunstancias límites de este tipo, pensaremos mucho mejor si mantenemos la mente tranquila y sin nervios. Una vez estemos calmados, tendremos que retirar cualquier objeto que se encuentre cerca de nuestro perro para que este no se lastime.
Una vez haya pasado el ataque, es importante que desplacemos a nuestra mascota a un sitio fresco y ventilado, de lo contrario, su recuperación podría empeorar. Inmediatamente después, lo que deberás hacer es acercar a tu fiel compañero al veterinario más cercano. Con un diagnóstico profesional precioso, lograrás descubrir qué ha causado la convulsión de la mascota.

IMPORTANTE RECORDAR: Los días, semanas y meses posteriores deberás administrar a tu perro la medicación pertinente que te haya recetado el veterinario. Es importante ser constante en este sentido. Si, aun así, los ataques continúan, será preciso llevarlo de nuevo al veterinario. 

SI DESEA MAYOR INFORMACIÓN SOBRE PROBLEMAS NEURONALES EN MASCOTAS.




miércoles, 13 de mayo de 2020

Lesiones oculares en perros: síntomas y tratamiento

Las lesiones oculares en perros son comunes y varían mucho en gravedad; es importante llevar al perro al veterinario inmediatamente después de notar los síntomas para que éste evalúe su gravedad y recete el tratamiento adecuado.

Paciente KIRA  de raza pincher, edad 2 años.

Síntomas de lesiones oculares en perros


Muchas enfermedades oculares diferentes pueden afectar a los perros. Los síntomas oculares pueden surgir incluso sin una lesión. Los principales síntomas que denotan una lesión ocular en perros son los siguientes:
  • Angustia general o malestar
  • Bizquera
  • Parpadeo rápido
  • Incapacidad para abrir el ojo
  • Lagrimeo
  • Ojos sangrientos o inyectados en sangre
  • Reacción para evitar las luces brillantes
  • Intentos de arañarse el ojo y la cara
  • Pupila distorsionada
  • Objeto extraño visible
  • Nubosidad o cambio en el color de los ojos
  • Secreciones oculares

Causas de lesiones oculares


Una lesión ocular ocurre cuando algo entra en contacto con el ojo del perro y causa daños. Una pelea, un arañazo o una patada pueden provocar daños en el ojo de un perro. También pueden causar este tipo de problemas los peligros presentes en el ambiente, como las ramas de los árboles, las picaduras de insectos, etc.
Los productos químicos, los objetos afilados y con esquinas o las herramientas también pueden representar una amenaza. La picazón en los ojos debido a alergias o una leve irritación puede provocar lesiones en los ojos si el perro se frota con algo. Si este comportamiento continúa, se puede formar una úlcera o una herida en la córnea.
Las lesiones oculares varían de leves a severas y, en general, el veterinario puede diagnosticarlas con pruebas simples. Las lesiones oculares comunes incluyen laceración de la córnea, úlcera de la córnea, herida por punción, traumatismo en los párpados o proptosis.

Tratamiento de lesiones oculares en perros

El veterinario tratará las heridas simples con un collar isabelino para evitar que el perro se rasque, junto con antibióticos y otros medicamentos, habitualmente en forma de gotas. Las gotas antibióticas tratan las infecciones bacterianas, mientras que las gotas con atropina dilatan la pupila del perro y ayudan a aliviar el dolor. En algunos casos, el veterinario puede incluso recetar una lente de contacto suave para proteger la herida.
En casos graves, el veterinario recetará medicamentos como antibióticos para prevenir infecciones, antiinflamatorios para aliviar la hinchazón y ayudar a la curación, o también analgésicos para ayudar a aliviar el dolor.
Las heridas más graves y complicadas pueden requerir una exploración quirúrgica para realizar un diagnóstico completo. Esta cirugía buscará reparar el ojo del perro y restablecer su funcionamiento. Los medicamentos y las dosis exactas dependerán de la gravedad de la lesión del perro y, en su caso, de la cirugía necesaria.

KIRA, dos semanas después de iniciar su tratamiento ,con ayuda de la su amo Natalia.
la lesión fue provocada accidentalmente con gotitas de (soda caustica).

Recuperación de lesiones oculares en perros

Es necesario controlar con frecuencia la lesión ocular del perro para comprobar la recuperación. Para heridas simples, es importante realizar una observación diaria durante los primeros días y tomar nota de cualquier diferencia.
Ante cualquier cambio negativo, o si la herida no parece estar sananda, hay que consultar con el veterinario. En el caso de un perro que se está recuperando de una cirugía correctiva, es de gran importancia seguir atentamente todas las instrucciones del  veterinario y que supervise el progreso.
Cuanto más profunda sea la lesión ocular, mayor será la posibilidad de pérdida parcial o total de la visión. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el perro se recuperará completamente de la lesión ocular. El tiempo de recuperación depende del tipo y la gravedad de la lesión



Cortesía de Natalia Chavarro, propietaria de KIRA.