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miércoles, 10 de junio de 2020

SANIDAD EN ACUARIOS: ¿POR QUÉ ENFERMAN NUESTROS PECES?



SANIDAD EN ACUARIOS: ¿POR QUÉ ENFERMAN NUESTROS PECES?

Cuando a los Veterinarios que trabajan en Clínica de Pequeños les consultan por peces ornamentales
enfermos, si entienden algo del tema, podrían caer en el error de intentar aplicar el tratamiento que
resuelva la patología que ven, pero ¿estamos seguros que solo con eso vamos a resolverles el
problema a nuestros clientes?
La mayor parte de las veces la patología por la que nos consultan es solo un emergente y lo más
importante que tenemos que brindarles es el conocimiento sobre el manejo y la alimentación que les
permitirá evitar que sus peces se enfermen, en definitiva, como en cualquier otra rama de la medicina,

es preferible prevenir que curar.

Sabemos que la aparición de enfermedades se debe a la interacción del agente, el huésped y el medio
ambiente, y por eso es tanto o más importante determinar los problemas de manejo y ambientales
como saber cual es la patología que los animales presentan en ese momento.
Por eso antes de encarar el estudio de las enfermedades en si, deberíamos estudiar las condiciones
mínimas de mantenimiento de un acuario comunitario, para luego pasar a los parámetros específicos
para cada especie. Cuanto más sepamos de estos animales más posibilidades tendremos de evitar
que enfermen y de curarlos.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que estamos hablando de animales de compañía y por
eso, en nuestros hogares, dependen totalmente de las condiciones que les brindamos, tanto para su
mantenimiento como para su alimentación y cuando estas no son las adecuadas sin duda enferman, y
por eso insisto en que las principales causa de enfermedad y muerte en las peceras de los aficionados
son ambientales y/o de manejo.




El primer punto a tener en cuenta, para prevenir la entrada de agentes patógenos es la cuarentena. Es
importante tener una pecera dedicada especialmente para esto, y debe ser usada cada vez que se
adquiere un nuevo animal, ya que es muy frecuente que se desarrolle un brote luego de comprar un
pececito e incorporarlo al acuario comunitario. La misma precaución debe tomarse con las plantas,
caracoles y otros adornos que se agreguen y provengan de lugares donde haya peces (ríos,
estanques e incluso peceras de acuarios comerciales) aunque estos se vean saludables.
Algunos de los parámetros del acuario o del recipiente que tendremos que tener en cuenta para el
diagnóstico son: el tamaño y forma, la química del agua (pH, salinidad, dureza, compuestos
nitrogenados, etc.), los sistemas de filtración, la temperatura y la iluminación.



Entre los factores biológicos los más importantes son: la edad de los animales enfermos, la especie, la
presencia de plantas e invertebrados (caracoles) y las interacciones intra e inter-específicas.
Es muy común que un acuario comunitario contenga una mezcla arbitraria de especies de peces de
distintas regiones del mundo y por lo tanto con requerimientos diferentes en cuanto al agua, la
temperatura, la luz, etc. Es posible que lo que es adecuado para una especie no lo sea para otras y
hasta llegue a matarlos.
La mayoría de los peces que pueden adquirirse en los comercios son juveniles. Si existieran las
condiciones adecuadas, y nuestros peces crecieran, podríamos encontrarnos después de un tiempo,
que animales que adquirimos con el mismo tamaño pero que pertenecen a especies distintas acaban
teniendo tamaños tan disímiles que pueden llegar a comerse entre ellos o por lo menos provocarse
heridas considerables.


Algunas especies necesitan vivir siempre en grupo, otras que como juveniles son gregarias como
adultos son territoriales y se producen constantes peleas. Algunas cambian su comportamiento
durante la reproducción, los escalares por ejemplo, que generalmente conviven perfectamente en un
acuario comunitario, comienzan a agredir a los otros peces hasta quedarse con toda la pecera si esta
no es lo suficientemente grande. Los betas machos suelen agredirse ferozmente entre ellos aunque
generalmente son tímidos con otras especies.
En cuanto a los factores que se relacionan con el manejo podemos mencionar: la alimentación, la
entrada reciente de peces o plantas al acuario, los cambios de agua totales o parciales (porcentaje del
volumen del acuario y frecuencia), la colocación de piedras, troncos o caracoles comprados.



recogidos de cursos de agua pero no desinfectados correctamente, y el uso dentro de la habitación de
insecticidas, desodorantes, pintura, etc.
En peces la alimentación es generalmente a base de alimentos balanceados que, cuando se trata de
un acuario comunitario, no cubren completamente las demandas de las especies más exigentes. Por
otra parte el uso de alimento vivo también puede encarnar el riesgo de la entrada de enfermedades ya
que en muchos casos se recoge directamente de la naturaleza.
Llegado el caso de tener que atender peces enfermos se comienza con la anamnesis como en
cualquier otro tipo de animal. Las preguntas tienen que ser claras, sin utilizar en lo posible términos
científicos que pudieran confundir al encargado o propietario de los animales. Se preguntan cosas
comunes a otras especies como: ¿come?,  ¿defeca?, ¿de qué color?, ¿presenta movimientos
anormales?, ¿se rasca contra objetos?, etc., y otras específicas de los peces como: ¿cada cuánto
cambia el agua ?, ¿qué porcentaje?, ¿cuándo fue la última vez?, ¿utiliza algún filtro?, ¿hace controles
químicos del agua?. Se pueden hacer infinidad de preguntas que pueden aplicarse a casos
específicos. Para preguntar se requiere un gran conocimiento de parte del veterinario, acerca de las
especies, los sistemas productivos y las necesidades de mantenimiento.
Parte de la anamnesis puede continuar durante la inspección y el resto de la exploración si es que
surgieran dudas.

Tienda de Acuario & Sucucactus. Cra 9 # 9-74 Centro, Garzon Huila. Colombia.

La inspección es fundamental en los peces. Se observan: conformación, deformaciones, tamaño de los
ojos, coloración, estado de la piel y las aletas, postura de las aletas (aletas replegadas), forma de
nadar, movimientos anormales, frotarse contra objetos, respiración, relaciones inter e intraespecíficas
(peleas, persecuciones, competencia por el alimento),  respuesta a estímulos como el de huída o a la
alimentación, para lo cual es conveniente que no se los alimente antes de la revisación, etc.
Ya que los peces cambian de color según su estado jerárquico, reproductivo, sanitario, mimetismo,
etc., hay que estar acostumbrado a ver peces y su ambiente para detectar ciertas anormalidades.
Lo que aparenta ser gordura podría ser ascites, o una hembra cargada de huevos o incluso la
conformación normal en algunas razas de Carassius. La temperatura y el fotoperíodo pueden modificar
el comportamiento y el apetito de los peces. Algunas actitudes posturales o de natación que aparentan
ser anormales son lo normal en ciertas especies, por ejemplo: nadar con una inclinación de 45º es
normal en algunas especies de “pez lápiz” pero no lo sería en una Carpa donde indicaría,
posiblemente, un problema de vejiga natatoria.

Además de la inspección de los peces se debe observar su entorno: el color y el olor del agua,
presencia de algas y otra vegetación, si hay otros animales muertos en el agua, cantidad y tipo de
refugios para las especies más tímidas (en acuarios comunitarios), iluminación, etc.
Luego, si la especie lo permite y la patología lo justifica, tendremos que pescar al pez o los peces y
proceder a la palpación. Puede darnos datos de la presencia de líquido en abdomen o la consistencia
de algunas deformaciones corporales (masas sólidas, quistes, etc.). Durante esta maniobra también
podemos ver la respuesta de los reflejos oculomotor y de huída (al intentar atraparlo), los que nos dan
idea del estado de su sensorio.
No pudiendo hacerse habitualmente en peces, percusión ni auscultación, pasamos a los métodos
complementarios. Los más importantes en acuicultura y acuarismo son: química del agua, coloración y
microscopía del moco cutáneo, necropsia, histopatología y bacteriología. En algunos casos podemos
agregar (aunque no sea nada frecuente) ecografía, radiología, biopsias, análisis de sangre y materia
fecal, etc.




Para terminar insisto en que para poder interpretar correctamente toda la información recabada, debe
tenerse en cuenta que las causas subyacentes, de casi todas las patologías, son: problemas de
manejo, inadecuada alimentación, pobre calidad de agua por fallas en los sistemas de filtración o de
recambio, parámetros físicos o químicos inadecuados para la especie (pH, dureza, conductividad,
temperatura, iluminación, etc.) y en general cualquier causa de estrés. Esto nos da idea de que todo
este proceso semiológico no debiera terminar en el diagnóstico etiológico, su pronóstico y posible
tratamiento, sino que debería complementarse con indicaciones concretas a las personas encargadas
para que puedan corregir los problemas de base, caso contrario volverán a aparecer, en poco tiempo,
otras enfermedades oportunistas.


Vet. RICARDO A. DI LISIO.
Docente Autorizado de la UBA, Especialista en Clínica Médica de Pequeños Animales UBA,
Diplomado en Gestión y Producción Acuícola.
rdilisio@hotmail.com

XV CONGRESO NACIONAL DE LA
ASOCIACIÓN DE VETERINARIOS
ESPECIALIZADOS EN ANIMALES DE
COMPAÑÍA DE ARGENTINA (AVEACA)
24 y 25 de Setiembre de 2015
Buenos Aires - Argentina.